Medalla de amor en plata de ley con chapado de oro blanco

Fabricada en Plata de Ley .925 y recubierta con un elegante chapado en oro amarillo, esta medalla de 30 mm x 30 mm rinde homenaje al amor en constante crecimiento. En el centro, el símbolo + luce un topacio blanco engastado, una piedra que simboliza la claridad, la serenidad y la pureza espiritual.

Con una dureza de 8 en la escala de Mohs, el topacio blanco es reconocido por su resistencia y brillo duradero, siendo la piedra natal del mes de noviembre, conocida por aportar equilibrio y luminosidad al espíritu.

Por otro lado, el símbolo - está decorado con amatistas naturales, gemas de un vibrante tono púrpura que evocan protección, sabiduría y calma. La amatista, piedra de nacimiento de febrero, tiene una dureza de 7 en la escala de Mohs y es valorada por su capacidad para fomentar la tranquilidad mental y la intuición. Estas piedras también son reconocidas como talismanes que equilibran las emociones y proporcionan serenidad a quien las lleva.

El diseño floral que rodea la medalla está adornado con amatistas estratégicamente colocadas, creando un contraste visual impactante y aportando un toque de sofisticación y luminosidad. Este trabajo minucioso resalta la habilidad y dedicación de los maestros joyeros, quienes han seleccionado y engastado cada gema a mano con un nivel excepcional de detalle.

Inspirada en la célebre frase francesa "+Qu’hier -Que Demain", del poeta Rosemonde Gérard, esta medalla simboliza un amor que crece con cada día que pasa. Más que una simple joya, es una declaración tangible y significativa de sentimientos profundos y duraderos.

Todas las piedras preciosas utilizadas en esta pieza han sido extraídas mediante minería ética a pequeña escala, respetando el entorno natural y apoyando a las comunidades locales. Este compromiso con la sostenibilidad asegura que cada joya no solo sea hermosa, sino también respetuosa con la naturaleza y su equilibrio.

Con un diseño que combina tradición y modernidad, esta medalla es el obsequio perfecto para expresar amor y gratitud. Su simbolismo y exquisita elaboración la convierten en una pieza única, destinada a ser atesorada como un recuerdo imborrable de un amor eterno y siempre creciente.